Dia 8-2 "La cita millonaria"

Soltamos a la mujer de aquel pobre hombre que nada tenía que ver con nuestros chanchullos y disculpándonos salimos de allí cagando leches. Pensamos que ya encontraríamos a ese mamarracho y le daríamos su merecido, sería buena idea pasarse por el club Paradise para encontrarle, pero primero tenía que resolver el tema de la vieja de Sinco (que Dios tenga en su gloria a ese pobre bastardo) así que deje a los chicos y me fui a verla, me daba bastante asco tirarmela pero la pasta es la pasta.

Pase a recogerla a su casa y ella me invitó a entrar, al verla pude contemplar el ascazo que daba la cerda y además era bastante tonta por que no se enteraba de que yo solo la quería por el dinero, me acerqué a ella y me dijo:

-Hola cariño, menos mal que has cedido y ahora me quieres.

-Sí , si yo te quiero mucho mi vida, ¿pero puedes prestarme unos millones?-Dije yo con cara de buena persona.

-Claro cariño sabes que yo por ti doy lo que sea, ¿pero cuando te vas a venir a vivir con migo?.

-Lo mismo un dia de estos- Conteste con desprecio

-Que feliz que me haces mi vida- y abriendo el armario saco un maletín del cual me cedió unos cuantos milloncejos.

Nos pusimos a cenar y ella no paraba de hablarme de Sinco, de todo lo que me quería y de bla,bla,bla… Estaba ya hasta la polla, solo quería irme, así que según termine la cena hice un amago de coger el dinero e irme corriendo, pero la muy apestosa mas rápida que yo se había desecho de las bragas y se me había echado encima, lo que yo no pude imaginar es que la muy cerda me la puso to lo gorda ¿Os imaginais por que? Efectivamente la cerda llevaba braguitas de Hello Kitty en la mano por lo que yo no me pude resistir. Ella se movia encima mia con gusto pero aunque yo estaba todo lo morcillon que podia estar no quería puesto que sentía respeto hacia ella (Era ella quien me preparaba los bocadillos de nocilla que me merendaba todas las tardes con Sinco cuando éramos solo unos crios). Cuando ella se bajo hacia mi manguera, yo la deje hacer y termine por metersela (aunque con la luz apagada para no poder verla) hasta que sentí el impulso de correrme y como era una vieja pense que no se podia quedar en estado de buena fe así que dejé que todo mi flujo corriera por sus entrañas.

Ella se quedo dormida y yo cogí el dinero, salí de la casa y llamé al Palotas y al Tiripa. Tenia ya en mente en lo que iba a gastar el dinero; Fui a Casa Beta a tomar algo allí me encontre con el resto.